domingo, 24 de febrero de 2013

RUTAS POR LOS
PICOS DE EUROPA

  
                La hora de salida fue sobre las 8 de la mañana de un miércoles en las escaleras de siempre. Después de hacer una breve parada en el pueblecito leonés de Riaño, llegamos al puerto de Panderrueda, donde nos tocó desperezarnos y nos dimos cuenta que el buen tiempo lo dejábamos dentro del autobús. No tardamos en ponernos en marcha y fijarnos en que no iba a ser un día cálido y que lo que más íbamos a ver era la tela de nuestros paraguas. No obstante, conseguimos ver unos bonitos paisajes, observar hayedos inmensos, dar colorido a la zona con nuestras capas, reírnos y disfrutar de un día relajado. Llegamos a Posada de Valdeón tras unas siete horas de travesía por el valle del Dobres, donde nos esperaba nuestro amigo Amador con su encantadora madre, Leandra, para repartirnos las llaves de las habitaciones y, así, darnos la ducha tan esperada y totalmente merecida.

                 Al día siguiente, tras un desayuno inolvidable, casero y especial, elaborado por Leandra, como si nuestras propias madres nos lo hubieran preparado, nos pusimos a caminar dirección Caín. El camino trascurría por el antiguo sendero que unía Posada de Valdeón con Caín, donde pudimos ver el mirador del Tombo, el cual nos mostraba la grandiosidad de todas sus montañas y valles de alrededor; una ermita creada en la época de Pelayo y, el famoso, “Chorco de los lobos”, donde nos enseñaba la peculiar forma que tenían de cazar a los lobos la gente del lugar. Llegamos a las cinco horas después de haber salido de Posada y como el viaje lo hicimos con tranquilidad, nos acercamos a la Ruta del Cares, ya que, teníamos programada otra ruta por la zona de Riaño. De ahí fuimos a la Posada del montañero, donde nos recibió una de las personas más merenguistas que conozco, Montse, disfrutando del calor de la calefacción y de sus televisiones, que era lo único que nos vinculaba con este mundo tecnológico.

                Tras una noche tranquila y después de desayunar, nos informaron que hubo un desprendimiento muy cerquita de la ruta por donde fuimos el día anterior, pero aun así, esa noticia nos motivaba para seguir conociendo más parajes y disfrutar de lo que nos ofrecía la naturaleza. Nos dirigimos al pueblo de Horcadas, que es donde se iniciaba la siguiente ruta circular que lleva su nombre. Conseguimos llegar al Puerto de Horcadas, con alguna cara colorada, pero el esfuerzo y el bocadillo, mereció la pena. Al llegar de nuevo al pueblo, tomamos unos refrigerios y, ya desde allí, cogimos el autobús rumbo Zamora, donde nos esperaban los padres por si acaso alguno no quería bajarse del autobús y  volver a disfrutar de las maravillas que nos ofrece los Picos de Europa.


1 comentario:

  1. Después de leer el artículo y ver las geniales fotos solo puedo sentir ENVIDIA,para la próxima vez me llevais.
    Gracias a los profesores por preparar este tipo de actividades donde enseñais a respetar y disfrutar de la naturaleza.
    Se que a pesar del mal tiempo los intrépidos montañeros disfrutaron de la excursión;Calleja a vuestro lado es un novato urbanita.
    Estoy segura que no olvidareis esta experiencia.
    Sois un grupo de profesores y alumnos geniales .
    Un beso muy grande de Eva ( la hermana de Germán jajjaa

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